¿De donde proviene la expresión: "La concha de la lora"?

FOTOGALERIA- “La concha de la lora” es una grosería usada en Argentina; Suele utilizarse a modo de exclamación, como queja ante una situación adversa o desafortunada dirigido a otra persona; También se utiliza para indicar un lugar muy alejado y/o de incómodo acceso, o difícil de llegar.

Preguntas_tontas 02-08-2017 19:10:25

Pero… ¿y cuál es su origen?

Una versión cuenta que se les decía “lora” a las prostitutas de una manera despectiva (en especial a las judías polacas que ejercieron la prostitución a principios del siglo XX). Según se cuenta, la expresión surgió a partir de que una esposa enojada le negara a su marido tener relaciones con ella diciéndole: “Si queres tener sexo, anda a la concha de la lora”. Y desde ese entonces se utiliza la frase para denotar enojo y molestia o bien indicar un lugar muy alejado. Lo que sí se puede asegurar, es que si fuese real sería el lugar más poblado del mundo. Aparentemente “lora” viene del francés, pues las “lorettes” eran las prostitutas que se encontraban en el camino a la Virgen de Loreto. De allí pasó al castellano llamando “loretas” a las prostitutas, y de allí, por cruce, “loras”.

Otra versión sostiene que surgió a principios del siglo XX, siendo el nombre de un tango de Manuel O. Campoamor, sin letra. El tango no superó la censura de la época, y para publicarse fue rebautizado como “La cara de la luna”. Compuesto en 1901, cuando el tango era bailado en prostíbulos y locales nocturnos su título original era otro: “La concha de la lora”.

“La concha de la lora” retrata la realidad social de la que la música y el baile del tango formaban parte y por la cual también se lo consideraba algo prohibido. Abrazados, el matón y la prostituta eran artistas, poetas del cuerpo. Sublimando el mero deseo sexual, el tango lograba por breves instantes hacer de esos malvivientes seres sensibles con una creatividad desinteresada que sólo buscaba como recompensa el reconocimiento a los más hábiles. Así, de lo más oscuro del alma humana, de los instintos más bajos de poder y sexualidad, fue posible esta música y este baile dionisíaco que trasmutando “loras” en “lunas”, mezcló sin contradicción lo peor y lo mejor del ser humano.



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