Las 28.000 familias inscriptas en el IPDUV que esperan acceder a una vivienda evidencian una parte del problema habitacional en la provincia. Aunque se construyan 2.000 por año se tardarían 14 años para responder a la necesidad de esas familias, mientras aparecería la de otras.
El presidente del Instituto Provincial de Desarrollo Urbano y Vivienda Diego Arévalo plantea que la única solución es conseguir nuevos recursos en lo cual se está trabajando y recuperar de los ya invertidos.
Para acceder a financiamiento, un camino es a través de gestiones ante el gobierno nacional; mientras que para la recuperación de fondos se apela “al compromiso y solidaridad de quienes ya tienen vivienda” para el pago de cuotas.
Por medio del cumplimiento y la actualización de las mismas se podrá seguir construyendo más viviendas para aquellos que están esperando por la misma oportunidad de tener su hogar. Construir una vivienda hoy no tiene el mismo costo que construirla dentro de un año o dos, por lo que es necesario ir recuperando los fondos para concretar la construcción de más viviendas.
De cada diez viviendas construidas por el Estado solo tres pagan la cuota correspondiente.
“Por eso iniciamos una fuerte campaña y lo seguiremos haciendo para concientizar a cada beneficiario de lo importante que es cumplir con el compromiso que asumieron al recibir su llave”, señala.
Además se busca que las cuotas sigan siendo accesibles y que a la vez garanticen los recursos necesarios para continuaron con la proyección de la construcción en la provincia.
Un sistema sin interés, con hasta 35 años de plazo, ofrece cuotas iniciales de $7.000 y $8.000 y que se actualizan -con límites- cada semestre.
“Así cumplimos la misión de cuidar los ingresos de quienes reciben una vivienda del Estado, se recupera lo invertido y se construye para los que aún no tienen techo propio”, remarcó Arévalo.
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